por Alejandro Schianchi

Abstract—. Las intervenciones virtuales locativas constituyen un nuevo campo de creación artística a partir del uso de tecnología de realidad aumentada para dispositivos electrónicos móviles. Dentro de este campo se considera la posibilidad de trascender los límites físicos y territoriales de un espacio real como ejes de un nuevo tipo de obra artística que resignifica espacios urbanos, rurales, públicos, y privados en función de los contenidos virtuales y viceversa. Esta nueva configuración de un espacio híbrido (real/virtual) permite, además, el cuestionamiento de espacios de legitimación del arte, espacios de poder, su historia y acceso. Para dar cuenta de estas nuevas posibilidades se describirán experiencias anteriores de realidad virtual, realidad aumentada fija, y el comienzo de la realidad aumentada móvil para contrastarlas con la situación actual de dispositivos móviles masivos y con servicios ubicuos. Teniendo en cuenta obras de artistas internacionales y experiencias personales en el uso de esta tecnología con fines estéticos, se describirá un panorama muy reciente en el campo del arte electrónico.

Palabras clave: Realidad aumentada, dispositivos móviles, medios locativos, arte virtual, activismo, derechos de propiedad, mobilidad, intervenciones

I. Introducción

Desde hace unos pocos años los dispositivos móviles como teléfonos celulares inteligentes y tabletas electrónicas se han convertido en pequeñas computadoras portátiles que se trasladan junto al cuerpo del sujeto que los lleva con la posibilidad de estar operándolos “mientras” se genera el desplazamiento. Interactuando no sólo con las redes de telefonía celular, sino también con Internet, y sistemas de localización geográfica (GPS), capturando fotografías, videos, o visualizándolos. Así como eventualmente pudiendo acceder a contenidos virtuales que relacionan el mundo informacional de datos con el espacio geográfico real.

El auge de Internet en los últimos veinte años y la producción de contenidos específicos para la red suponen un carácter virtual, inmaterial, e intrascendente de una localización particular. Tanto desde el punto de vista del creador así como del espectador / consumidor / usuario. El contenido de Internet es accesible para todos, en cualquier momento, en cualquier lugar, y exactamente el mismo para todos los casos. Esta característica que puede señalarse como uno de los puntos más interesantes de Internet para una democratización de la información, también genera una desconexión con el sentido de “lugar” y percepción “local”.

El mundo virtual de Internet que se presentaba hasta ahora como una cartografía separada, paralela, sin puntos de contacto con el mundo real, puede comenzar a vincularse directamente con el espacio físico y material mediante la tecnología de realidad aumentada móvil.

En el ámbito artístico la relación de una obra con el espacio específico donde es exhibida ha sido explorada por el movimiento constructivista soviético desde comienzos del siglo XX, y las distintas variantes de la escultura expandida  como instalaciones, intervenciones, y land-art. Al mismo tiempo, se podrían considerar las propuestas del movimiento muralista latinoamericano y las actuales intervenciones urbanas de “stencils” o “graffitis” como antecedentes de propuestas de acceso más directo a las obras y de intervenciones en espacios sin autorización.

En el campo particular del arte electrónico, las creaciones virtuales se establecieron, generalmente, como un mundo desvinculado del espacio real, tal como mencionamos antes. A partir de las posibilidades técnicas de los nuevos dispositivos electrónicos móviles y el uso de aplicaciones de realidad aumentada, estos dos mundos pueden conectarse, y ser accedidos de forma masiva y descentralizada.

Este nuevo campo denominado por Lev Manovich [1] como “espacios aumentados electrónicamente” transforma el espacio físico real en un espacio de datos: se extrae información de ellos por los mecanismos de control y vigilancia, y se los aumenta con datos e información, generalmente mediante pantallas. A partir de la tensión entre estos dos elementos y mediante la superposición de información virtual a la vista real del espacio físico (según la ubicación del espectador/usuario), es posible crear lo que él denomina “producción poética de espacios aumentados”.

En relación a estas producciones, analizaremos en particular algunas que plantean una subversión de leyes físicas (gravedad, movilidad, tamaño) y de propiedad (territorial, de control de acceso, de autor) a través de una intervención virtual vinculada con el espacio físico donde está ubicada.

II. Intervenciones virtuales para dispositivos móviles

La capacidad de procesamiento de los dispositivos electrónicos móviles, la estandarización de sus sistemas operativos, y la aparición de plataformas de software on-line para la simplificación de la creación de contenidos para realidad aumentada propiciaron una serie de creaciones estéticas haciendo uso de estas tecnologías. Pudiendo considerarse como parte de un nuevo campo estético que denominamos  intervenciones virtuales locativas.

Este tipo de propuestas se relacionan necesariamente con la tradición artística en el uso del espacio, desde la escultura  y arquitectura hasta el land-art, pasando por la instalación. Pero con dos elementos fundamentales que las diferencian: los objetos creados son virtuales y por lo tanto no se ven afectados por la gravedad, así como cabe la posibilidad de ubicarlos en cualquier sitio del mundo, sea un espacio privado o público, y con o sin autorización.

Las obras más interesantes en el campo de realidad aumentada móvil que estamos definiendo son justamente aquellas que se aprovechan de estas dos características: ubicación del objeto virtual en tensión con el espacio real, y/o trascender los límites de los materiales reales a través de la inmaterialidad virtual. Es decir, trascender el espacio en dos sentidos: el espacio real donde los materiales no pueden comportarse de tal forma; así como el espacio de control, territorial, y de propiedad.

Espacios públicos, de exhibición de arte, de legitimación, de poder, de control. Obras de arte públicas, privadas, invitadas, excluidas, censuradas. Comienzan los cruces de estos elementos que desde hace siglos existen en el mundo del arte. Desde las pinturas rupestres ubicadas en lugares poco accesibles hasta los graffitis urbanos actuales, pasando por las imágenes religiosas en las iglesias, o el movimiento muralista latinoamericano. La diferencia es que estos referentes lidian con estos elementos desde la pura materialidad. Existe una pintura, una escultura, un objeto, en un espacio real. En la década de 1990 esos mismos elementos se pusieron en cuestión desde la virtualidad del Net.Art, pero ahora se inicia un nuevo campo de posibilidades en la relación de la inmaterialidad de objetos virtuales con sitios físico-reales. Podríamos decir que si el ciberespacio de Internet se encuentra tan controlado como el espacio físico-real, actualmente existe un nuevo espacio híbrido creado a partir de la conjunción de Internet y el espacio material que no se encuentra todavía regulado, y por lo tanto permite prácticas que transgreden las leyes y controles de esos dos espacios en los que se sustenta.

Si uno de los puntos más interesantes de las intervenciones virtuales tiene que ver con la posibilidad de uso de un espacio sin control “dentro” de un emplazamiento específico, existe otro aspecto a explorar en la materialidad y dimensiones de los objetos creados. Con la posibilidad de transgredir la tridimensionalidad de cualquier objeto físico material, su ubicación y dimensiones.

Pueden tratarse de objetos tridimensionales estáticos, móviles, imágenes, sonidos, videos, o textos. Pueden modificarse según otros parámetros o sensores, pero de cualquier forma construirán un espacio aumentado que permitirá percibir el espacio real de una manera diferente, así como resignificar creaciones virtuales digitales. Ya sea desde la transgresión de ubicar una obra en un espacio sin autorización, como la construcción de formas imposibles de conseguir en el mundo real, la manera de conectarse con los contenidos estéticos de realidad aumentada móvil son en función de un uso alternativo de los dispositivos electrónicos móviles, el espacio, y las trayectorias en recorridos propuestos. Generando así, lecturas políticas, ideológicas, y filosóficas a partir de las intervenciones virtuales locativas.

III. Intervenciones virtuales desde Argentina

En función de experiencias de intervenciones virtuales locativas en EEUU y Europa, se puede reflexionar que más allá de los cuestionamientos críticos sobre los espacios de control. Y transgrediendo los mecanismos de legitimación del arte contemporáneo al ubicar contenido sin autorización, se genera, al mismo tiempo, una reafirmación de estos centros de poder. Ya que sólo pueden experimentar la obra los que viven, o pueden viajar a ciudades como Nueva York o Venecia, por citar algunos ejemplos.

Imagen1-web

Imagen 1. “Sin Título (site-specific ubicuity)” (2011) de Alejandro Schianchi. Creative Commons BY.

A partir de esta situación y desde Buenos Aires, Argentina, pensé si no habría alguna manera de profundizar este carácter político de las intervenciones virtuales locativas. Y de allí surge el germen de la obra “Sin Título (site-specific ubicuity)” (2011) que consiste en un objeto tridimensional abstracto generado por código open source, el cual se puede acceder para descargar y modificar. Ubicado en distintos espacios del mundo como galerías, museos, y centros culturales en Buenos Aires además de ciertos sitios de legitimación en el exterior como el Centro Pompidou (París), Guggenheim Museum (N.Y.), y ZKM (Karlsruhe).

De esta forma un ciudadano de Buenos Aires puede experimentar exactamente la misma obra que un parisino (puesto que el modelo es exactamente el mismo) aunque cada uno lo observa con el entorno local de cada sitio. De alguna manera la legitimación dada por el emplazamiento de la obra en los espacios de poder internacionales, sin autorización y sin costo alguno de traslado, se resignifican en el acceso a la misma obra y al mismo tiempo en el resto del mundo. Inevitablemente la problemática de una intervención en un territorio desde el exterior produce una serie de relaciones diferentes que las que puede generar una local, y mucho más acentuada si entre los dos territorios existen distancias económicas, políticas, y sociales. Por otro lado, la intención es multiplicar las locaciones del objeto a medida que la obra se presenta en diversos encuentros, como recientemente en Paço das Artes (San Pablo) en el festival Arte.Mov o en otros sitios, incluso sin el control por parte del autor a partir de la apropiación del código.

Otras de las intervenciones virtuales locativas en Buenos Aires es “Video deriva” (2011) que presenta una serie de clips de video emplazados en distintos puntos del centro de la ciudad. Estos videos que fueron grabados en interiores, exteriores, cerca y lejos de esos puntos pueden ser reproducidos a medida que el espectador recorre la ciudad.

Imagen2-web

Imagen 2. “Video Deriva” (2011) de Alejandro Schianchi. Creative Commons BY.

En función del clip reproducido y la decisión de acompañar el movimiento dado por los registros se compondrán diversas relaciones entre el contexto del espectador y el contenido visualizado en la pantalla del dispositivo móvil. Diferencias y coincidencias de espacios, tiempos, elementos, y movimientos en una especie de hipertexto audiovisual espacial que se va explorando a medida que recorro las calles de Buenos Aires. Con la posibilidad incluso, de realizar una llamada a mi teléfono celular personal. Y permitiendo cruces de formatos, roles, y vínculos entre espectador y autor, entre ficción y documental. Ficción, porque en varios de los clips que integran la obra se observa y se sigue a un mismo personaje.

En definitiva, se trata de una forma de exploración del espacio urbano sin un destino fijo, accediendo a los diversos clips de video según el recorrido elegido.

IV. Intervención virtual en la llanura pampeana

A partir de las características de transgresión del espacio que fueron resaltadas en el presente escrito: de límites físicos y de control a través de la realidad aumentada móvil, se pueden articular con el proyecto de obra que actualmente estoy desarrollando.

La obra consiste en el emplazamiento virtual de un gigantesco plano horizontal de 65 km de largo y 1 km de ancho, sobre una región de la llanura pampeana argentina elegida por ser particularmente plana.

El plano virtual trasciende los límites físicos en dos sentidos. Por un lado, en sus dos dimensiones (sin espesor), por otro, en permanecer paralelo al suelo sin ningún contacto o sujeción del terreno, es decir sin verse afectado por la gravedad.

El cuestionamiento territorial, en este caso, tiene que ver con el hecho de atravesar miles de terrenos de propiedad privada sin autorización. Promoviendo la reflexión sobre la historia del territorio donde se emplaza la obra y la relación con el uso del alambrado.

Imagen3-web

Imagen 3. Ubicación del plano virtual en la región pampeana argentina. Creative Commons BY.

Los primeros tendidos de alambrado en el país para delimitar los terrenos y por lo tanto la propiedad de los mismos, se dieron en esta región de extensa llanura donde las referencias son difíciles de encontrar. Los gauchos que se movían libremente por esta zona a principios del siglo XIX se encontraban con restricciones que fueron haciéndose cada vez más frecuentes. El plano virtual se conecta con esta historia al trascender las parcelas de territorio divididas y asignadas a propietarios. Mediante la intervención virtual locativa se puede generar un vínculo estético y conceptual entre un espacio real y un objeto virtual. Una obra de arte que atraviesa espacios rurales y urbanos, hasta llegar al Río de la Plata.

La obra también pretende rescatar parte de la tradición artística rioplatense. Desde las propuestas “espacialistas” de Lucio Fontana, hasta la producción de Marcel Duchamp durante su estadía en Buenos Aires.

Imagen4-web

Imagen 4. Plano virtual en la región pampeana argentina. Creative Commons BY.

En el caso de Lucio Fontana, el plano virtual puede transformarse en un corte del espacio, aunque contrario a sus célebres tajos verticales, con una cisura horizontal. La inmaterialidad de la obra podría reflejarse en la premisa del “Manifiesto del Movimiento Espacial para la Televisión” (1952) de crear arte “desvinculado de la materia”, y que luego a través de J. F. Lyotard [2], Paul Virilio[3], y Peter Weibel [4] se mantendrá en estrecha relación con la tradición de arte electrónico posterior.

Por otro lado, cuando Marcel Duchamp residió en Buenos Aires por casi un año, produjo una obra estereoscópica ubicando los segmentos de dos pirámides opuestas sobre el horizonte del Río de la Plata. La obra “Stereoscopie a la main” (1918) simula la conjunción de una figura geométrica abstracta con un espacio real, que evidentemente interesó al artista francés. El horizonte plano es una característica del contorno de Buenos Aires, su llanura se extiende hacia la provincia de La Pampa y Santa Fe al noroeste, y hacia el este por la extensión del Río de la Plata, configurando un paisaje muy particular que ha servido de inspiración para gran parte de la historia del arte local y que a través de esta intervención virtual locativa se intenta dialogar.

Conclusión

Las tecnologías móviles posibilitan una reflexión sobre los espacios transitados a partir de las prácticas artísticas generando un nuevo punto de contacto entre las cartografías virtuales de las redes de datos y telecomunicaciones con las de un cuerpo nómade trasladándose con una movilidad ampliada a través de mediatizaciones ubicuas.

Se construye una nueva territorialización de visualización de datos inmateriales en el espacio real, y una conexión entre el ciberespacio y la movilidad física, entre el acceso global y la experiencia local.

Se puede observar, en función de los ejemplos mencionados, que se trata de un campo estético nuevo, en expansión, y por lo tanto sin demasiadas referencias académicas previas, pero que se vislumbra como un punto importante dentro del debate e interés del ámbito del arte electrónico actual.

Hemos reflexionado, entonces, sobre un nuevo campo estético a través de las transgresiones del espacio, practicadas por intervenciones virtuales locativas que probablemente se multipliquen acompañando la masificación de los dispositivos electrónicos móviles y ubicuidad de sistemas de conexión de datos.

Referencias

[1]     Lev Manovich, “The poetics of augmented space,” (2005), http://manovich.net/DOCS/Augmented_2005.doc (accessed August 27, 2012).

[2]     Jean-François Lyotard, Les Immatériaux : Album et inventaire (Paris: Centre G. Pompidou, 1985).

[3]     Paul Virilio, The Over Exposed City (New York: Urzone, 1986).

[4]     Peter Weibel, “La era de la ausencia” in Arte en la era electrónica. Perspectivas de una nueva estética ed. Claudia Gianetti, 101-121 (Barcelona: L’Angelot, 1997).

Publicado en:

SCHIANCHI, A. “Intervenciones virtuales locativas. Transgresiones del espacio mediante realidad aumentada móvil como campo para la creación artística”,  Interartive Culture+Urban Space Special Issue Nr. 65, 2014. Disponible en <http://cultureurbanspace.interartive.org/intervenciones-schianchi/>